5/8/12

Vivir en comunidad


Llegué a Vilcabamba con Maru y Martín, surcando sierras vastas en vegetación y tierras a veces coloradas, en una mezcla que me recordó a Misiones y a veces a Córdoba.

Llegamos a la casa de Tom, un americano, jubilado en el 2000 que vive en Vilcabamba hace dos años. Con un pasado hippie y un presente ecológico, Tom vive a 4 kilómetros del pueblo en una casa pequeña a orillas del río que ocupa menos que su frondosa huerta. Es vegetariano y sólo consume productos orgánicos.

Pero además Tom tiene un proyecto que inspira. Hace 7 meses comenzó la construcción de una comunidad autosustentable en un terreno de 3 hectáreas que adquirió a unos 25 minutos a pie desde su hogar.

Actualmente, la comunidad está en construcción, posee plataciones de bananas, árboles de cítricos, brócoli, lechuga, cebollas, algunas especias como cilantro y perejil y posee alrededor de 30 gallinas ponedoras de huevos. Posee además un invernadero, habitaciones para los miembros de la comunidad, un baño seco (los desechos son drenados con aserrín) y una cocina que funcionará además, como espacio común de intercambio. Las habitaciones que está construyendo poseen paneles solares y sus paredes se están levantando con botellas de vidrio.

Allí es en dónde pretende vivir, en una casa construída en un árbol a una altura en donde puede apreciarse la belleza del valle.

Allí también pretende albergar a todo aquel que quiera ser parte de su proyecto, según él, preferente latinoamericanos, y especialmente artistas (payasos, músicos, bailarines) con los que pueda aprender.

Tom, nos muestra que existe otra forma de vivir. No se trata de estar en contacto con la naturaleza, se trata de hacerse uno con ella. Se trata de cuidarla y cuidarnos, teniendo como base los preceptos de la integridad, la solidaridad y el respeto por los otros y la madre tierra.

Paredes realizadas con botellas recicladas para los cuartos de los voluntarios.

Por otro lado está Rumiwilco, el lugar en donde acampamos unos días.
Rumiwilco es un ecolodge admiistrado por dos argentinos, ambos biólogos que viven en Vilcabamba hace ya mas de 20 años.

Sensibles a los ecosistemas saludables y a la belleza natural, se instalaron en el valle, muy cerca del Parque Nacional Podocarpus, una de las áreas de mayor biodiversidad del mundo.

El Bosque Protector Ecoalbergue Rumiwilco, representa un intento para evitar la
desertificación que se viene gestando en pos de la agricultura y la ganadería como medio de obtención de mayores ganancias por parte de los productores.

El financiamiento del proyecto se obtiene del albergue creado que recibe a viajeros de distintas partes del mundo. Con estos ingresos se reciclan los intentos hacia un esfuerzo conservacionista y también colaborar con trabajo voluntario e investigación científica.

Cuenta con espacios para acampar y cabañas privadas o compartidas. Allí se produce café, dulces y granola. Tiene tarifas especiales para voluntarios.

Para más información se puede acceder a la siguiente página web: www.rumiwilco.com

Camping Rumiwilco

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